Nota del editor: En esta serie, los facilitadores de La mente en formación comparten sus experiencias guiando talleres para padres, educadores, cuidadores y profesionales de la salud a lo largo de la región de Suncoast. En mayo, The Patterson Foundation financió el entrenamiento de 31 personas a través del Instituto de facilitadores de La mente en formación, que divide funciones ejecutivas en siete habilidades esenciales para la vida que ayudan a los niños a conseguir sus objetivos.
Qué les puedo decir… ¡esto fue fenomenal! Ver la emoción, la alegría, las ganas de aprender y cómo cada una de las participantes ponía en práctica todo lo aprendido. Lo más lindo de todo para mí como facilitadora, ofreciendo este curso a profesionales, es que ellas pudieron echar a un lado todo su conocimiento para aprender este nuevo material. Cada una de ellas estaba muy receptiva en aprender todo. Algo que tanto mi compañera Liliana Wright como yo pudimos hacer fue conocer la cultura de las participantes, y así pudimos identificarnos con ellas desde el principio (y también porque el taller fue ofrecido en español, que es su idioma natal). Todas dijeron que se sentían más cómodas en escuchar todo en su idioma y se les hizo más fácil entenderlo y participar.
Fue un grupo muy dinámico. Al finalizar este taller las participantes dijeron que han utilizado estos 7 módulos en su vida personal como adultas, madres y profesionales, y quieren desarrollar su gran potencial como mujeres. Una de las historias compartidas es de una participante que dijo que se dio cuenta, a través de un video que presentamos, que los bebés desde que nacen pueden utilizar sus funciones ejecutivas y se dan cuenta de todo lo que pasa a su alrededor. Esto marcó la vida de ella como abuela porque ahora piensa estar más alerta en lo que respecta a su nieta pequeña. Otra anécdota fue de otra participante que contó que antes ella jugaba todos los viernes con su hijo de 10 años, su niña de 3 años y su esposo, juegos de video, y luego de este taller decidió comprar juegos de mesa para así poner en práctica alguno de los módulos aprendidos, como enfoque y auto control, perspectiva, comunicación y retos, entre otros. Ella relató que fueron a la tienda y ella le dio la oportunidad a cada uno para que eligiera un juego de mesa, y cuando comenzaron a jugarlos se dieron cuenta que gozaron más que cuando jugaban los video-juegos.
Al final del taller, cada participante decidió compartir este material con otras personas en la comunidad a las cuales ellas sirven. Este taller nos ayuda a crecer como seres humanos, a darnos cuenta de nuestros errores, pero también nos enseña a cómo mejorarnos y ser mejores padres. Una de las cosas que más me gustó es que nos instruyó como padres a enseñarles a nuestros hijos cómo obtener su mayor potencial en vía al éxito.