Nota del editor: Como director general de la Campaign for Grade-Level Reading (“Leer para 3ro.”, CGLR por sus siglas en inglés) desde 2010, Ralph Smith ha estado forjando consenso en torno a asegurar que los niños alcanzan el crítico hito de desarrollo de leer a nivel de grado para el final del tercer grado.
La Campaña está basada en estudios destacando el alarmante número de niños que no leen eficientemente para el tercer grado y las consecuencias a largo plazo para la sociedad. El siguiente artículo es de la adelantada reciente publicación Towards Bigger Outcomes: Taking on the Health Determinants of Early School Success (“Hacia mayores resultados: enfrentarse a los factores decisivos de la salud para el éxito temprano en la escuela”).
PARTE II
“Duplicar”, “elevar” y “priorizar” son más receta que menú, especialmente en lo que respecta al éxito de los padres y al desarrollo saludable de los niños. Los padres y cuidadores son los primeros especializados en hacer diagnósticos, son los servicios de emergencia y son los primeros proveedores de servicios médicos en casa. Además, el estado y los desafíos de su propia salud están profundamente entrelazados con la de sus hijos.
Los innumerables esfuerzos de las comunidades GLR (Grade-Level Reading, “Leer para 3ro.”) para encontrar, adueñarse e implementar soluciones viables para los desafíos de la preparación, asistencia y aprendizaje de verano, han clarificado lo dependientes que son las tres en la presencia o ausencia de ciertas condiciones de salud. La dependencia es tan grande que los marcadores de salud son, literal y figuradamente, “factores decisivos” del aprendizaje temprano, la alfabetización temprana y el éxito en la escuela, especialmente en los primeros grados. Presagiado por la extensa bibliografía en los determinantes sociales de la salud, los esfuerzos a nivel comunitario han expuesto los contornos de un círculo vicioso. Los resultados de las escuelas por debajo de la media son predictores clave del bajo estatus socioeconómico. Las condiciones sociales resultantes son la causa de muchas de las más significativas disparidades en la salud. Los perjudiciales efectos de un número de estas disparidades en virtualmente todos los aspectos del aprendizaje temprano, predicen los resultados disminuidos que completan y perpetúan el ciclo.
El sentido común, la práctica reflexiva, la sabiduría de la experiencia vivida y los estudios apoyan nuestra apuesta de que las posibilidades para mejorar los resultados de los estudiantes en los primeros grados pueden ser mejoradas mediante el desarrollo saludable de niños en los primeros años. Ahora entendemos más profundamente que los efectos de los dobles resultados finales de este aspecto de nuestro trabajo –perfeccionar los problemas de la salud que están más estrechamente correlacionados con el éxito temprano en la escuela- podría demostrar ser una poderosa intervención para uno de los ciclos viciosos que sostienen y nutren la pobreza intergeneracional que esperamos alterar.
Esto podría ser muy importante con implicaciones trascendentales. Pero antes de que nos adelantemos, es importante recordar de nuevo la advertencia de que “no hay bala de plata”. Nuestras iniciativas para “elevar” tanto a los padres como la salud triunfarán mejor y contribuirán más cuando aniden dentro de un contexto estratégico que tenga la intención de fomentar la conectividad y las sinergias necesarias para conseguir una escala sostenible.
En lo que respecta a los factores decisivos de la salud para el éxito escolar temprano, vemos al menos tres grandes contribuidores de mayores resultados y a escala sostenible:
El enfoque en “mayores resultados” proporcionará prioridades estratégicas adicionales:
Para concluir, es importante señalar de nuevo que el desarrollo sin par del que estamos más orgullosos y más esperanzados es que más de 250 fundaciones comunitarias, fundaciones familiares, United Ways, organizaciones benéficas públicas, programas de donación de empresas y donantes individuales han dado un paso adelante para dar dólares, liderazgo y voz al aprendizaje temprano, la alfabetización temprana y las iniciativas para fomentar la lectura infantil en sus comunidades locales y estados natales. Y tenemos evidencia emergente de que algunos fundadores locales están alentando e inspirando a instituciones de educación superior a canalizar sus reservas formidables de capital intelectual, humano y económico para enfrentarse a los desafíos asociados con el éxito escolar temprano. Este es un desarrollo digno de observar.
Ralph Smith
Campaign for Grade-Level Reading
Director General