Hace poco, Tess Dilan y yo fuimos a La Miranda Apartments. Allí ofrecen guardería para algunos de los niños que viven en el complejo. Los niños eran encantadores, alegres y todos parecían estar felices de estar allí. Los niños estaban divididos en dos grupos, y Tess y yo fuimos asignados cada uno a uno de ellos. Al principio, me uní a uno de los supervisores en el patio con mi grupo, fuera. Cuando llegó la hora de entrar dentro, los niños utilizaron hojas de trabajo de práctica y la pizarra para trabajar en sus letras. Algunos de los niños mayores pudieron ayudar a los más jóvenes con su aprendizaje.
La mañana pasó rápido, y antes de que nos diésemos cuenta era la hora de comer. Después, los niños pasaron el tiempo leyendo y utilizando programas de aprendizaje educacionales instalados en tabletas. Los supervisores volvieron a emparejar a un niño mayor con otro más joven. El niño mayor utilizaba sus habilidades para enseñar a los más jóvenes cómo pronunciar palabras, explicarles las palabras que no conocían y responder a cualquier pregunta que los pequeños bajo nuestra supervisión tuviesen.
Además de las tabletas, había tabletas ligeramente más grandes que eran fundamentalmente audiolibros. Los niños usaban auriculares y leían mientras escuchaban la historia. ¡Este sistema ayudó a reforzar los sonidos, pronunciación y más de ciertas palabras!
Los niños estaban muy emocionados cada vez que se les dio la oportunidad de leer libros o utilizar las tabletas.
Para asegurar que a los niños les fuese fácil escoger libros que fuesen adecuados para su grado/nivel de habilidad, volví al día siguiente y utilicé pegatinas para codificar por colores los libros.